En algún momento fue un bar donde comer un plato del día a un precio razonable. Ahora los precios son para turistas, y al nivel de un restaurant, no se corresponde ni con la calidad o elaboración.
Las porciones son un chiste, los rolls son más chicos de lo normal, y los makis son casi la mitad de en cualquier lado!
Imposible, lleno de gente, que además no respeta el distanciamiento. Lástima, nos fuimos.
No tienen el personal que necesitan. Las chicas atienden las mesas, hacen todo en la cocina y sirven helado. Muy lento y la mala onda no es su culpa, solo les falta agarrar un plumero.
Bueno para un brunch de domingo (pan con queso, palta y salmón, medialuna, yogur con frutas y granola, café con leche y jugo de naranja). Variedad de capuchino, también.
Muy buena onda para estudiar, están abiertos todos los días hasta la una, viernes hasta las dos y sábados hasta las tres ;)
Muy bueno el locro! Lo sirven adentro de un frasco, es medio raro al comerlo, muy bueno y con picante.
Recomiendo estas especie de crepes rellenos de verdura (creo que espinaca). La masa es muy fina y crocante, y tiene queso por encima. Buenísimas!
Agradable en verano con la pileta e invierno, con la chimenea. Muy lindo lugar, lleno de rincones. Excelente calidad en las habitaciones, muy buena atención y desayuno.
Bien el distanciamiento en mesas, filas bien marcadas, y una persona constantemente ayuda a ordenar. La comida, café, tostados y medialunas ricos, clásicos.
Los sábados por la noche te podés encontrar con una cola que sale por la puerta y continúa afuera, más de 25 personas.
La suprema de pollo a la napolitana está para compartir, tanto es así que viene con dos tramontinas extras ;)
