En una de sus barras verás cómo se hacen las pastas y los risottos al momento. En la otra (en la terraza) prueba el huachinango con aceite de vainilla o las puntas de espárrago con huevo de codorniz.
Antes de pedir un trago, pregunta por las aguas frescas del día. Los escamoles son sencillos pero de muy buen sabor. El fideo seco es una experiencia, un tanto nostálgica y muy sabrosa.
Para una noche tranquila, elige el salón. Las mesas junto a la ventana ofrecen vista a la ciudad o al bosque. Y para unos tragos, al lado de la chimenea. Prueba el sashimi de atún y pulpo.
Síguelos en @barracriolla para conocer el menú del día. Accesible y delicioso. En la noche llega temprano para tapear: chorizo a la sidra, codorniz Pekín, quesos, vino y mezcal.
