El de pastor es bastante adictivo, lo preparan con tortilla de harina, guacamole picosito y salsa roja de chile de árbol.
Cuando conozcas este lugar, el viaje a Atizapán será algo obligatorio. El humor resalta en platillos como la sopa de tortilla sin tortilla pero con el potente sabor al maíz.
Joyita de cocina italiana que conserva el gusto tradicional de esta gastronomía, las pastas del lugar definitivamente son caseras y rústicas.
Te recomendamos ampliamente el pastel ruta del cacao, hecho con dacquoise de avellanas, crema de vainilla fresca, ganache de chocolate y praline de avellanas.
Es la mejor tortería de la ciudad. Nuestras sugerencias: la de calamar y la de chorizo con queso manchego.
Es uno de los pocos restaurantes de especialidades húngaras en el DF, destaca el carrusel de postres de la entrada. Prueba la tarta de chabacano, la rosca de avellana con chocolate y/o el pay de limón
Si visitas el lugar de noche, acompaña su propuesta gastronómica (entre gourmet y cocina de barrio) con uno de los cócteles de autor.
