Solo han cerrado dos veces en casi 100 años, eso es considerar a los clientes.
El mejor de todos los restaurantes de este tipo de cadenas. Comida rica, servicio atento y eficiente. Sí te hacen sentir como en casa.
Les quedó superbien la remodelación. Aumentaron los precios, pero vale la pena. Estaría perfecto si aceptaran tarjetas de crédito. Recomendación: cierren con una bicicleta con café de olla.
Gran recinto, ¡¡¡ y es gratis!!! Lástima que el lugar sea de un millón de dólares, y la museografía de casi todas las exposiciones sea de tres pesos.
Desayunos ricos, se sacarían un diez si en vez de pan caliente sirvieran pan recién horneado. Hay mucha diferencia entre uno y otro.
Una gozadera absoluta recorrer todos los estantes repletos de libros. De las librerías más bonitas de la Ciudad de México.
Qué lugar tan agradable, el concepto es de lo más cool que he visto, el simple hecho de estar aquí se disfruta.
Las salas "nuevas" quedaron de lujo, maravilloso que se puedan estirar las piernas sin tener que pagas mas de $100. No hagan caso de la hipsteriza, la mayoría no sabe un carajo de cine.
Se percibe sin duda la sazón casera. Buena comida a buen precio. Tomen riesgos y pidan algo totalmente distinto, como la sopa Borshch, no se arrepentirán.
La comida es muy rica, pero creo que les hace falta renovar el menú con mejores opciones para probar varios platillos. Los desayunos son maravillosos.
Varias veces he querido sacar mi tarjeta anual, pero nunca hay alguien que me atienda, ahí les encargo.
Capaciten a los vigilantes, no tienen actitud de servicio. Y es un dolor de huevos que estén jodiendo con el permiso para fotos (es ridículo que cobren), como si recibieran comisión por cada permiso.
